Llama al Cabildo a tomar en cuenta los planteamientos de la población
Por: Victor Uziel González Ceseña / Península BC
San Quintín.- La diputada Dunnia Montserrat Murillo López recomendó a las autoridades municipales a reconsiderar la aprobación del escudo de San Quintín, destacando que los símbolos públicos pertenecen a la comunidad, no al gobierno en turno
Un día después de aprobarse el Reglamento del Escudo del Municipio de San Quintín, la diputada del Distrito XVII emitió un posicionamiento a través de sus redes oficiales.
En el mismo, manifestó su inconformidad ante la modificación del Escudo Municipal al atribuir que no hubo un procedimiento jurídico claro y sin tomar en cuenta la voluntad de los habitantes.
«El escudo municipal no es un simple logotipo ni un diseño administrativo: es un símbolo profundamente arraigado en la historia, la cultura y el sentido de pertenencia de nuestra gente. Representa la identidad colectiva de un pueblo diverso, trabajador y resiliente. Es parte del legado que une generaciones y da sentido a la lucha que llevó a San Quintín a convertirse en municipio», comentó.
Murillo López señaló que de conformidad con la Ley de Régimen Municipal para el Estado, los municipios podrán tener un escudo que los identifique, pero su creación o modificación debe realizarse por los cauces legales. Cualquier cambio al escudo oficial sin este procedimiento contraviene el orden jurídico que rige la actuación municipal.
Por otro lado, refiere que el Artículo 1 de la Ley de Cultura Cívica del Estado de Baja California establece como principios rectores el fomento y el respeto de nuestros símbolos públicos, «el escudo representa mucho más que una imagen: es identidad, es pertenencia y es memoria colectiva. Modificarlo sin sensibilidad ni sustento jurídico vulnera el tejido simbólico que sostiene el orgullo de nuestras comunidades», agregó.
A continuación se anexa el resto del posicionamiento:
Aunado a ello, la Ley de Participación Ciudadana del Estado de Baja California establece con claridad el derecho de las y los ciudadanos a participar activamente en las decisiones públicas que impactan su entorno. Tomar decisiones de manera unilateral, sin consulta pública, sin diálogo y sin transparencia, no sólo vulnera ese derecho, sino que contradice el espíritu democrático que debe guiar toda acción de gobierno.
Como representante popular, creo firmemente que el pueblo no debe ser espectador, sino protagonista en la construcción de su presente y su futuro. Tomar en cuenta al pueblo no es un gesto de buena voluntad: es una obligación moral, política y jurídica, recordemos que “CON EL PUEBLO TODO SIN EL PUEBLO NADA”
El escudo de San Quintín fue concebido como un reflejo de su gente, de su vocación agrícola, ganadero, pesquera, migrante y cultural. Su diseño original no debe ser sustituido a voluntad de una administración, sino preservado y, si acaso se busca modificarlo, ello debe realizarse con estricto apego a la ley y mediante un proceso ampliamente participativo.
Por ello, con respeto a las autoridades municipales, hago un llamado a reconsiderar esta decisión, a ceñirse al marco normativo vigente y, de ser necesario, a abrir un proceso legítimo, consultado, transparente y verdaderamente representativo, que reconozca que los símbolos públicos pertenecen a la comunidad, no al gobierno en turno.
Porque un escudo no se impone: se hereda, se honra y se defiende. Y porque una autoridad que escucha al pueblo, es una autoridad que honra su compromiso democrático.









































