Evaluado con Chlorella vulgaris, una microalga de agua dulce
Ensenada.- El Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) otorgó al Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) un título de patente por un método innovador de cultivo de microalgas precursoras de la síntesis de biodiesel.
La obtención de la patente fue resultado de la colaboración académica entre los investigadores Pilar Sánchez Saavedra, del Departamento de Acuicultura, y Daniel Sauceda Carvajal, del Departamento de Electrónica y Telecomunicaciones del CICESE.
El método patentado integra dos áreas distintas pero complementarias: el diseño de un concentrador de energía solar integrado a un sistema de fotobiorreactor y el área de crecimiento de microalgas.
El sistema de este método fue evaluado con Chlorella vulgaris, una microalga de agua dulce conocida por su resistencia a condiciones ambientales y su capacidad para producir ácidos grasos relevantes para la producción de biodiesel.
Con este sistema, lograron ncrementar de manera controlada el contenido de lípidos de las células y reducir significativamente la concentración de pigmentos, obteniendo una biomasa con bajo contenido de clorofila y carotenos. Asimismo, obtuvieron un perfil de ácidos grasos con alto índice de cetano, adecuado como precursor de biodiesel.
Desde la perspectiva biológica, la manipulación de la luz resultó un factor clave en el proceso. Las microalgas aumentan su contenido de clorofila con baja irradiancia, mientras que con alta irradiancia sintetizan carotenoides como mecanismo protector frente al estrés lumínico. El control de estas condiciones permitió modular la composición pigmentaria y favorecer la acumulación de lípidos de manera dirigida.
Con más de 3 mil millones de años de evolución, las microalgas han sido fundamentales para la vida en el planeta porque producen gran parte del oxígeno y ayudan a regular el carbono en la Tierra. Su alta eficiencia fotosintética, rápido crecimiento y capacidad para sintetizar compuestos de interés biotecnológico, como lípidos, proteínas y pigmentos, convierten a las microalgas en un recurso con aplicaciones en bioenergía, nutracéuticos y bioprocesos.
En el ámbito energético, muchas especies de microalgas acumulan altas concentraciones de ácidos grasos para la producción de biodiesel y, a diferencia de los cultivos de plantas terrestres, las microalgas pueden crecer en espacios reducidos, en distintos tipos de agua e incluso en efluentes, lo que las hace una alternativa renovable y de alto rendimiento.
Por otro lado, los concentradores solares son dispositivos diseñados para captar y dirigir la radiación solar hacia un punto o área específica, aumentando así la intensidad de la energía disponible.
Los modelos convencionales elevan la temperatura del agua a niveles incompatibles con la vida microalgal; para solucionar esto, el equipo incorporó sistemas capaces de regular y mantener la temperatura dentro de rangos óptimos para el crecimiento de las microalgas.
Con el trabajo realizado, se fortalecieron de manera conjunta el Laboratorio de Energías Renovables y el Laboratorio de Biotecnología de Algas del CICESE, ampliando sus capacidades experimentales, tecnológicas y formativas para el desarrollo de proyectos interdisciplinarios en bioenergía y biotecnología microalgal.
Los resultados de este proyecto fueron posibles gracias al trabajo de muchas personas, entre ellas estudiantes de posgrado. Ambos investigadores destacaron la labor de la egresada de doctorado Beatriz Stephens y de la maestra en ciencias Fátima Castro.
El equipo continúa trabajando para automatizar el sistema, optimizar la eficiencia energética y elevar sus niveles de madurez tecnológica, con la visión de desarrollar un método portátil y escalable con potencial para su transferencia tecnológica y futuras aplicaciones comerciales.












































