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México no se conoce… se VIVE, cuando viajas aprendes

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Columna México Sin Fin, por Daniela Montalvo

No sé si he podido aprender todo lo que la vida me ha tratado de enseñar mientras ando viajando, pero de momento he entendido cosas que han cambiado mi forma de pensar, esta columna quiero dedicarla para compartirles 5 momentos en los que logre entender algo:

5. La vida es mejor cuando eliges NO vivir con miedo.

Recién me mude a Mérida y una señora mayor en andadera vino a preguntarme quien era yo, advirtiéndome que su barrio es muy tranquilo y así debe continuar, yo respondí sus preguntas y la trate con amabilidad; pero esto me hizo reflexionar, mucha confianza debió tener aquella mujer para que sin conocerme fuera a cuestionarme, ¿cómo supo que yo la trataría bien o que no le haría daño?

Entonces investigue la seguridad en Mérida y encontré publicaciones en las que aseguran Yucatán es el estado más seguro del país porque su gente se defendió, denunció y expulsó a los maleantes, prefirieron plantar cara a los foráneos, antes que acostumbrarse a vivir con miedo; recordé como las 3 veces que he sido asaltada (ninguna de ellas en Yucatán por supuesto) la gente a mi alrededor se quedó viendo, la policía nunca llegó y por supuesto jamás recupere mis pertenencias.

4. Cuando quieres salir adelante no inventas excusas. 

Ya no recuerdo cuantas veces he intentado aprender otro idioma sin éxito, por ello casi entro en shock cuando de visita en Palenque, Chiapas, una niña de 12 años se nos acercó para ofrecer sus servicios de guía por la zona arqueológica, la sorpresa estuvo en que nos relató la vida da la Reina Roja (esposa de Pakal, Gobernante Maya) en 6 idiomas diferentes, así es, 6-seis idiomas diferentes: inglés, alemán, francés, italiano, portugués y por supuesto español. Ella me contó que solo podía hablarlos, no escribirlos, y que fue su padre quien se los enseño, pues le dijo que o aprendía los idiomas para ser guía o se quedaba en casa a ayudar con sus hermanos pequeños. 

3. Las experiencias más significativas no son aquellas que duran más tiempo, sino las que ocupan más espacio en tu corazón.

Viendo películas románticas de Hollywood, dan ganas de dar de hacer un viaje que te cambie la vida, en el que conozcas a alguien que te remueva hasta las entrañas y con quien vivas una apasionante aventura.

Viajé mucho y nada que me paso, hasta… Holbox, Quintana Roo; quizá por el lugar, el ambiente o solo porque ya tocaba; paseando por la playa me tope con él, hicimos química en el instante y aunque no fue una historia de amor eterno, si fue un fin de semana increíble y en el que dicho sea de paso, tuve el beso más romántico, mejor incluso que en las películas, una noche de cielo estrellado, el mar cantando al ritmo de las olas, un chico, una chica, tomados de la mano viendo la bioluminiscencia y uniéndose en un beso que se antojó infinito.

2. Somos más las personas buenas.

Si de algo nos enteramos al crecer, es que hay gente buena y gente no tan buena, y aunque a veces te quieren robar la fe en la humanidad, pronto aparecen personas que aún sin alas te parecen ángeles; en un viaje sin rumbo fjjo y que tuvo por primera parada, Magdalena de Kino, se me apareció uno de ellos, su nombre es Czilena de Mara.

Buscando ayuda para saber a donde ir en el pueblo, nos topamos con Czilena. Una de las tantas bondades de Czilena es su amor por su tierra, hija de un historiador, nadie como ella para contarte la historia del Padre Kino, nos abrió las puertas de su casa, nos presentó con su familia, nos ofreció su ayuda e incluso nos armó un itinerario de lujo para seguir recorriendo Sonora.

1. Cada quien tiene un momento y un lugar.

Recorriendo Yucatán, inmersa en una comunidad maya, yo expresaba sin decirlo, mi molestia por no formar parte de las actividades de los hombres. De repente se sentó a mí lado una mujer mayor y me dijo que cortar papas también es importante (en ese momento ella estaba cortando papas y puso algunas junto con una tabla y un cuchillo a mi lado, indicándome que le ayudara).

Ella me dijo que hay un lugar y un espacio para todos, y que la confusión de querer ocupar un lugar y un espacio que no nos corresponde, es lo que ha generado violencia, familias desintegradas y jóvenes delincuentes. Me contó como ella de joven aceptó ser una esposa y ser madre, y puso todas sus energías en ser la mejor, que ella no pensaba qué los hombres fueran mejor que las mujeres, pero que ella si pensaba que cada uno debe de hacer lo que corresponde para formar hombres y mujeres de bien, me dijo como su matrimonio había sido arreglado, pero que su esposo jamás le había puesto una mano encima, que nunca le había dirigido una mal mirada, (como ellos dicen) y que siempre ha tenido la seguridad de contar con un compañero que la apoya y la cuida.

Entonces entendí que no importa el lugar o el espacio que ocupes, siempre que te esfuerces por hacerlo bien y que el respeto y el amor es la base de todo.

Me he quedado muy corta, no he logrado conocer todo mi país, ni entender toda la cultura, pero de lo que sí estoy segura es que el mejor consejo que le podría dar a alguien es que viaje tanto como pueda, que platique con toda la gente que se le atraviese y nunca se niegue a probar algo nuevo si su conciencia lo permite.

Un país tan diverso y multicultural como México, para una vida resulta sin fin.

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