Entre las mujeres que fallecen por cáncer de mama, uno por ciento son jóvenes de 15 a 29 años
Cada año se detectan 1.38 millones de casos nuevos de cáncer de mama en el mundo y las muertes a causa de esa enfermedad son en promedio de 480 mil en ese mismo periodo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En México, el cáncer de mama ocupa el primer lugar entre las neoplasias y se ubica entre el tercer y cuarto lugar de las causas de muerte, reveló el médico oncólogo Gilberto Nicolás Solorza Luna, profesor de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Medicina de la UNAM y médico clínico en el Instituto Nacional de Cancerología.
De acuerdo con Breastcancer, “el cáncer de mama es el crecimiento descontrolado de las células mamarias”. Se origina en las glándulas productoras de leche (lobulillos) o en los conductos que son las vías que la transportan desde los lobulillos hacia el pezón.
A propósito del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, que se conmemora el 19 de octubre, el especialista reconoció que las formas de lograr detección temprana son la autoexploración constante por parte de las pacientes y la mastografía.
“Sin embargo, esta última resulta ser cara, por lo que no se cuenta con el recurso ideal para hacer dicho procedimiento de forma masiva en México, y tampoco se tiene la calidad, que debería mejorarse mucho para tener una apreciación óptima y un diagnóstico más temprano. Se hacen pocas mastografías y estas campañas con camiones haciéndolas no tienen la mejor calidad”, señaló.
Subrayó que la intención de estos estudios, así como de la autoexploración frecuente de la mama por parte de las pacientes, es detectar nódulos incluso menores de un centímetro (en estadio uno), que tienen posibilidad de controlarse hasta en 95 por ciento de los casos.
Puntualizó que la mortalidad en el país es muy alta porque las pacientes llegan tardíamente a consulta médica, sobre todo a las instituciones de salud. “Al médico privado llegan las que tienen el recurso, el cuidado y la educación para hacerse la mastografía anualmente después de los 40 años, que es lo recomendable, pero son minoría”, comentó.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México durante 2017, para la población de 20 años o más, de cada 100 egresos hospitalarios por cáncer, 24 fueron por cáncer de mama, lo que lo ubica en la principal causa de egreso hospitalario por tumores malignos.
Por sexo, uno de cada 100 hombres y 37 de cada 100 mujeres que egresan por cáncer, fue debido a un tumor maligno de mama.
La distribución por entidad federativa de los nuevos casos de cáncer de mama en mujeres de 20 años o más para 2019 muestra que Morelos (151.94 por cada 100 mil mujeres de 20 años o más), Colima (139.62) y Aguascalientes (66.64) son las entidades con las tasas más elevadas.
En el ámbito nacional, la tasa de mortalidad por cáncer de mama es de 17.19 defunciones por cada 100 mil mujeres de 20 años o más. Las entidades con las menores tasas (de 9.29 a 13.64) son Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Yucatán, Campeche, Colima, Guerrero, Morelos, Hidalgo, Tabasco. En el siguiente estrato (13.65 a 18) se encuentran Tlaxcala, Puebla, México, San Luis Potosí, Veracruz, Michoacán, Guanajuato, Durango y Zacatecas. Le siguen (estrato 18.01 a 22.35) Querétaro, Coahuila, Sinaloa, Sonora, Jalisco, Nuevo León, Aguascalientes, Tamaulipas y Nayarit. Las mayores tasas (22.36 a 26.71) se encuentran en Chihuahua, Ciudad de México, Baja California y Baja California Sur.
Entre las mujeres que fallecen por cáncer de mama, uno por ciento son jóvenes de 15 a 29 años, 13 por ciento tienen entre 30 a 44 años y más de la tercera parte (38 por ciento), está entre los 45 a 59 años; la mayoría muere después de los 59 años (48 por ciento).
Solorza Luna dijo que el cáncer de mama es más frecuente en mujeres que no han tenido hijos, que no han lactado y que tienen predisposición hereditaria. “La lactancia madura el tejido de la glándula mamaria, y eso da estabilidad a los tejidos para que no tengan cambios hacia una neoplasia, mientras que los tejidos inmaduros están más frecuentemente afectados hacia la neoplasia”.
Alertó que ahora se está viendo en consulta cada vez más cáncer de mama en mujeres más jóvenes que no han tenido hijos, de 20 a 25 años. Desgraciadamente para estas mujeres jóvenes el pronóstico es peor que en la mujer adulta de 50 o 60 años en adelante, porque el tejido mamario está creciendo más rápidamente, puede modificarse y tener mutaciones incluso en el propio tejido mamario.
Para las jóvenes, Solorza Luna recomendó el ultrasonido, que puede indicar si se hace o no la mastografía, e identificar lesiones en etapas tempranas. “Si el nódulo se encuentra focalizado a la mama, tenemos de 90 a 95 por ciento de posibilidades de controlar el cáncer, pues en esta enfermedad no hablamos de curación sino de control”, refirió.
Se debe continuar en seguimiento toda la vida porque no sabemos en qué momento puede resurgir, y mientras más temprano se detecte esa recurrencia, será más fácil el control de la misma.
Solorza explicó que la invasión a tejidos distantes, llamada metástasis, afecta órganos vitales como pulmón, hígado o cerebro y es lo más riesgoso de la enfermedad. “El tumor primario generalmente es controlable, y lo que ocasiona la muerte de las personas es la metástasis en un órgano vital”.
El cáncer de mama generalmente se extirpa de forma completa, no dejamos rastro de él en la glándula mamaria, pero tenemos la radioterapia para un tratamiento de adyuvancia para combatir el tumor, detalló el especialista.
Educación y recursos son la mejor manera de abatir el cáncer de mama en etapas tempranas. “Al Instituto Nacional de Cancerología casi siempre quienes llegan en etapas tardías vienen de provincia y zonas lejanas. En Ciudad de México ya hay más educación y se asiste más pronto a consulta hospitalaria”, consideró.
Información completa en la gaceta de la UNAM.