Representan un riesgo latente de contagio por sus condiciones laborales, afirman
Ante la pandemia del coronavirus COVID-19, los jornaleros agrícolas constituyen una población altamente vulnerable por las fuentes de riesgo provenientes del modelo de producción agroexportador.
Así lo indica una investigación elaborada por Laura Velasco, Marie Laure Coubés y Oscar F. Contreras, del Colegio de la Frontera Norte (COLEF), llamado “los jornaleros agrícolas migrantes”, enfocado en las poblaciones vulnerables ante el COVID-19.
Indican que la población de jornaleros agrícolas en el norte de México ha crecido de manera constante a lo largo de los últimos 30 años, a medida que los campos agrícolas de la región se han expandido para atender una creciente demanda en el mercado de frutas y hortalizas para la exportación a Estados Unidos.
Refieren que en el contexto de la pandemia del Covid-19, asociado a la configuración del sistema nacional de salud pública, los jornaleros agrícolas constituyen una población altamente vulnerable por dos fuentes de riesgo provenientes del modelo de producción agroexportador: las formas de traslado desde sus lugares de residencia y las formas de vivienda en campamento.
“Dada su participación en las cadenas de producción de alimentos y su condición de precariedad, que los lleva a vivir al día, los jornaleros agrícolas difícilmente podrán parar de trabajar, por lo que es urgente tomar medidas para garantizar las adecuadas condiciones de trabajo y vivienda que permitan la preservación de su salud”, indican.
Dichas estimaciones fueron anexadas al considerar que os estados de Sonora, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur concentran el 80 por ciento (cerca de 200 mil) de la población jornalera en el norte de México
En el documento abordan cifras y estadísticas recapituladas en los últimos años con los programas oficiales del Gobierno Federal, aunque en su mayoría sin especificar visitas de campo o números recientes.
También agregan acciones recomendadas para la contingencia sanitaria, algunas de las cuales ya han sido implementadas:
- Toma de temperatura a los trabajadores en salida y llegada, para identificar posibles personas infectadas, proporcionándoles las condiciones necesarias para un aislamiento y tratamiento adecuados.
- Generalizar las brigadas de salud, por parte de la Secretaría de Salud, para monitorear los contagios en campamentos y dar atención a la prevención y a los casos de infección y enfermedad grave.
- Generalizar las brigadas de salud, por parte de la Secretaría de Salud, para atender a personas que presenten síntomas e identificar personas infectadas, y contar con un protocolo de canalización a los hospitales cercanos en atención a los enfermos graves.
- Revisar las condiciones de vivienda al interior de los campamentos y entre las personas en viviendas separadas, así como la organización del trabajo en el campo, para garantizar que se guarda distancia mínima entre los trabajadores. Implementar acciones que eviten el hacinamiento en los camiones y asegurar la generalización de los protocolos de uso de gel desinfectante entre los trabajadores y la sanitización de los transportes que algunos empresarios están llevando a cabo.
- Hacer extensiva la información sobre Covid-19, que está generando el INPI, en las diferentes lenguas indígenas en los sitios de reclutamiento, traslado, así como en los campamentos y centros de trabajo de los jornaleros agrícolas en todo el país.